Tuesday, September 29, 2009

026 - Empezando por el principio: Llegada a Beijing

 No creo que entrar en detalles de como llegamos a China merezca la pena, es lo de siempre, autobús, un par de aviones y muchas horas. Pero creo que la primera impresión sí que merece comentarla.

Mientras vas andando por el aeropuerto, todo te parece medianamente normal, aparte de que los carteles están llenos de símbolos raros. Incluso también estuvimos en la oficina de información y turismo del aeropuerto (justo junto donde recoges el equipaje) y cambiando algo de dinero y en inglés te defiendes. La cosa cambia cuando sales fuera y lo primero que haces es preguntar si el autobús va hasta la estación de tren (nuestra primera parada ya que queríamos comprar los billetes para el día siguiente). Resultado: te miran con cara rara, se miran entre ellos, te responden algo que no entiendes, nos miramos entre nosotros, les miramos a ellos y hasta ahí todo. Gracias a una chica muy maja que hablaba inglés entendimos que había que comprar lo billetes en un mostrador que hay dentro del aeropuerto. Incluso nos acompañó a la oficina y de vuelta al autobús correcto. Primera muestra de la amabilidad china.

Tan solo 2 horas después (léase con sarcasmo) llegamos a la estación Oeste de Beijing. Un edificio enorme, que es capaz de absorber la marea de 300.000 personas por día, y en el caso de querer ir hacia Xi’an, paso obligatorio.

Beijing West train station (Fuente: Wikipedia)

Este sin duda si que es el primer auténtico contacto con China, y llevado a cabo como terapia de choque. Llegas a la zona de venta de billetes: 40 ventanillas y en cada una una hilera de chinos que llena todo el hall. Tras alrededor de una hora de cola, llegas a la ventanilla y por supuesto, no hablan inglés. No hay problema, te mandan a otra, aunque asegúrate de que se comunique con la persona de la otra ventanilla para que te dejen saltarte la segunda cola, sino puede que necesites una tienda de campaña. En esta segunda ventanilla (verídico), también puede que no hablen inglés, no desesperes, al final encontrarás a alguien o te comunicarás de algún modo. En todas parte comentan que en la segunda planta hay una oficina para extranjeros. Nosotros lo único que encontramos era un mostrador de información donde hablaban “algo” de inglés, pero para comprar los billetes te mandaban a las ventanillas, por lo que vuelta al mismo sitio.

IMPORTANTE: Algo que se repitió casi durante todo el viaje fue la dificultad para comprar billetes. Normalmente , los billetes de litera estaban siempre agotados, por lo que el primer viaje de 12 horas tuvimos que hacerlo en asiento duro. Cosas a tener en cuenta:

- Puede que aunque creas que vayas con antelación suficiente (4 días antes) ya no queden billetes.

- No venden billetes con más de 10 días de antelación.

- En ocasiones puede que te vendan billetes de tren que salgan de otras ciudades (para completar tu ruta), otras veces te dirán que no pueden hacerlo.

- Puede que en la estación te digan que no hay billetes, pero aún así prueba en hostales u hoteles, quizá ellos puedan conseguírtelos.

Tras este primer chasco, luchamos por coger el autobús (nº9) frente a la estación para acercarnos a la plaza Tian’an Men. Nunca creí que hubiera sitio para tantas personas en un solo autobús. Precio: tan solo 1 Yuan.

Buscamos hostal en la calle Dazhalan (dentro de un Huton), a unos 5 minutos al sur de Tian’an Men, muy céntrica y práctica para coger autobuses o metro.

Calle Dazhalan, al sur de Tian'an Men

En dicha calle hay varios hostales y hoteles, por lo que solo es mirar un poco y elegir uno de ellos. Se pueden encontrar algunos en esta página: www.hostels.com. Por ser para una solo noche y estar algo cansados nos alojamos en un pequeño hotel construido en una casa típica de los Hutones, por unos 200Yuanes la habitación doble con baño.

Y tras un pequeño descanso, lo mejor tantear el terreno, por lo que nos fuimos hacia Tian’an Men. La calle  en la que estaba el hotel estaba completamente en obras: suelo levantado, montones de arena por todas partes, tuberías y cables por el suelo… un desastre, aunque al salir de ella nos encontramos con todo lo contrario. Un par de calles de hutones completamente restauradas y en las que había un ambiente genial.

Calle Quianmen, al fondo la torre de la flecha

Calle Quianmen

Aunque te quedaba la sensación de que anduvieras por un parque temático cualquiera, merece verla, incluso tiene su propio tranvía!!!

De aquí a Tian’an Men, una plaza gigante. Dentro: el mausoleo de Mao, monumento a los héroes del pueblo… En los laterales el Museo de la revolución, museo de historia y el gran Hall del pueblo, y al norte la infinitamente fotografiada Puerta de la Paz Celestial, que da entrada a la Ciudad Prohibida.

Puerta de la Paz Celestial

Despierta, que ya estamos en el centro de China!!!!

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